martes, 19 de diciembre de 2006

Cintura empresarial

Al hilo de la última y, como todas las anteriores, interesante entrada publicada por Quique acerca de la convergencia entre telefonía fija y móvil. Publico un artículo aparecido en ABC que, abundando en la integración de todos los servicios de comunicaciones, hace incapié en la necesaria capacidad de adaptación de las empresas en un entorno tan cambiante como el actual, especialmente en el sector de las TIC, donde la tecnología tiene un peso fundamental. El artículo podría parecer de empresa-ficción, pero hemos visto cosas más inesperadas y el mundo sigue girando.


"¿Cuándo desaparecerá Vodafone?
ABC, Por JOSÉ Mª GARCÍA-HOZ

EL productor de televisión, el periodista, el financiero y el empresario del showbusiness cenaban la semana pasada como todos los meses: mismo sitio, misma hora y amistad recrecida en cada encuentro. Recién aterrizado de Londres y París, donde se ha entrevistado con los mejores gestores europeos de fondos de inversión tecnológicos, el financiero suelta sobre la mesa una afirmación apodíctica, muy de su estilo: dentro de dos años Vodafone habrá desaparecido. Sólo son cuatro comensales, pero el pronóstico arma un alboroto como si hubiera cuatrocientos. Urgido por las interpelaciones de sus interlocutores, que conocen bien las capacidades analíticas del financiero, éste aclara: no digo que Vodafone vaya a quebrar, sino que para evitar la quiebra en un plazo de 24 meses, se habrá visto obligada a cambiar radicalmente de negocio, o habrá sido opada, posibilidades ambas que dejan sin futuro a Vodafone tal y como hoy se conoce.

Con o sin aclaraciones el asunto es muy fuerte, como suelen decir los muchachos. Nacida en 1977, Vodafone es en la actualidad la mayor empresa mundial de telefonía móvil, con una capitalización de 138.000 millones de dólares, muy por encima de cualquier sociedad del Ibex 35, Telefónica incluida... Por cualquier lado que se mire, Vodafone es un gigante: 172 millones de clientes en todo el mundo, operaciones en sesenta países, 18.300 millones de libras de ingresos, etc., etc. ¿En virtud de qué argumentos puede alguien sensato poner en duda el futuro de Vodafone? Es la tecnología: una vez más ese factor ingobernable que lanza y arruina empresas. La corta y exitosa historia de Vodafone se fundamenta en que tuvo visión y habilidad para explotar mejor que nadie la nueva telefonía móvil, que surgió en los años ochenta. Con un planteamiento estratégico impecable, en muy pocos años se convirtió en el único operador de móviles realmente mundial. Pero es esa misma evolución tecnológica la que siembra dudas sobre el futuro de Vodafone.

A estas alturas de la película ya se sabe que antes de lo que imaginamos hablar por teléfono será gratis. Y hablar por el móvil, también. La Comisión Europea está a punto de proponer/imponer rebajas en todos los precios; la comunicación de voz e imagen por internet es una realidad de peso creciente... Es un cambio de vértigo, al que Vodafone se enfrenta únicamente con el arma de su red mundial de telefonía móvil, mientras que sus competidores -Telefónica, Deustche Telecom, France Telecom- cuentan con herramientas fuera del alcance de Vodafone: llamadas gratis a cambio de contratar ADSL, televisión, transmisión de datos, etc.

Aunque lo dicho hasta ahora suene razonable, no está el futuro en el ayer escrito y nadie sabe de verdad cómo discurrirá la batalla empresarial de las comunicaciones. Una cosa es que la tecnología exista, y otra que haya empresas capaces de comercializarla y consumidores dispuestos a comprarla. En todo caso, saber el nombre de ganadores y perdedores parece una cuestión marginal a la que de verdad el asunto plantea: ya nadie, ninguna empresa, puede dormir tranquila, pensando que tiene el porvenir resuelto, por muy grande que sea y por saneado que tenga el negocio. El retraso en el lanzamiento de la nueva versión de Windows ha provocado muchas reflexiones y preguntas sobre los michelines empresariales que está echando Microsoft, el otrora agilísimo campeón de la innovación.

Desde luego que el hecho de que las empresas nazcan, se desarrollen y mueran no constituye novedad. La novedad radica en la velocidad a la que ahora se produce el cambio, y como ante él cualquier reivindicación de seguridad, ya sea en el empleo, ya en la rentabilidad de unos valores, ya en la validez de un planteamiento empresarial, constituye un desajuste dramático en la sociedad actual. Todos queremos seguridad, pero lo único seguro es que todo cambiará.

Vistos pros y contras, el productor de televisión aceptó el reto del financiero y apostaron varias cenas para los presentes en torno a la supervivencia de Vodafone. El periodista, más sabio por más viejo, se reservó el papel de árbitro con derecho a elegir los vinos. Permanezcan atentos, dentro de dos años daré el resultado del lance. "

1 comentario:

Enrique de Miguel dijo...

Pero al mismo tiempo podemos añadir el otro punto de vista... ¿realmente la convergencia fijo-móvil no implicará simplemente la desaparación del fijo? ¿porque va a desaparecer un Vodafone y no un Ono?
Mi opinión es que lo único claro es que todos los operadores tienen que replantearse su modelo de negocio (de hecho estamos viendo que muchos se dirigen hacia servicios que van mucho más allá de su negocio tradicional).
Todo esto tampoco es nuevo. Como dice el articulo que publicas "...la novedad radica en la velocidad a la que ahora se produce el cambio"